Transcripción de Inmersos
Copyright © 2018 Tertulia LLC
Emily Hunsberger: Este episodio de Tertulia es la primera en una serie de dos partes; este episodio es en español y el siguiente es en inglés. Son dos partes complementarias de una sola historia, y no son traducciones del mismo contenido. También te invito a visitar tertuliapodcast.com donde se puede visualizar y explorar los datos que recopilé para esta serie.
Ahora, ¿tienes tu cafecito? Porque estás escuchando Tertulia. Soy Emily Hunsberger.
[Música – “Waiting for the Moment that Never Comes”, Lee Rosevere]
José Medina: Yo nací y crecí en El Paso, Tejas. Mi mamá tiene una educación de sexto grado en Ciudad Juárez, y mi papá, una educación de quinto grado.
Emily Hunsberger: José Medina es el Director del área de Enseñanza de Lenguas y Culturas Globales en el Center for Applied Linguistics, también conocido como CAL, o el Centro de la Lingüística Aplicada. CAL es un instituto de investigación ubicado en Washington, DC que promueve el aprendizaje de idiomas y el conocimiento cultural. Antes de llegar a su puesto actual, José trabajó durante décadas como maestro de educación bilingüe y administrador de escuelas en Texas. Pero mucho antes de eso, fue un niño que sólo hablaba español, y el único adjetivo para describir su primera experiencia en la escuela en El Paso es traumática.
José Medina: Cuando me llevaron a la escuela de kínder, yo era un niño muy nervioso, más aparte obviamente no hablabla el inglés. Comencé a dar patadas, a llorar, me orinaba. Fue algo bastante difícil. La directora escolar les dijo a mi mamá y mi papá que no me podían apoyar, que tenía que madurar un poco. Así es que me botaron de kínder, que fue horroroso, porque era uno de los estudiantes que más lo necesitaba.
Emily Hunsberger: Desesperados, sus padres lo matricularon en una escuela católica.
José Medina: El primer día del primer grado en esa escuela privada, hice lo mismo. La diferencia fue que la directora escolar, que era una monja, le dijo a la enfermera que trajera una de esas camas que tienen las llantas, y me llevaron a mi clase de primer grado atado, pues, a la cama. En ese momento me presentaron a mis nuevos compañeros de escuela y la maestra me presentó como ‘Joe’, así es que no solamente me llevaron atado a mi clase de primer grado, pero también me cambiaron el nombre. Después recuerdo preguntarle a mi mamá, ‘Vio que me cambiaron el nombre, ¿qué debería de hacer?’ y mi mamá dijo, ‘Junior, por favor, haz lo que te diga la maestra’. Por efecto es lo que hice, hice lo que me dijo la maestra. Me estuve allí por dos años, me comporté rápidamente, cambié mis acciones. Lo que me apoyó bastante es que mi mamá me había enseñado a leer y escribir durante el año de kínder que falté. Así es que para el tercer grado, regresé a la escuela pública que me había botado y ya sabía leer y escribir en los dos idiomas.
Emily Hunsberger: Según José, su experiencia no se podría repetir hoy porque a partir de la decisión de la Corte Suprema en el caso Lau contra Nichols de 1971 [Corrección: La Corte Suprema emitió el fallo en el caso Lau v. Nichols en 1974, no en 1971.], los distritos escolares deben proveer apoyo adicional a los estudiantes que no dominan el inglés para darles las mismas oportunidades que tienen los demás estudiantes. Hay otras leyes y reglamentos a todos los niveles de gobierno que tienen que ver con la educación bilingüe, pero este caso de la Corte Suprema lo convirtió en una cuestión de derechos civiles.
José Medina: Al viajar alrededor de los Estados Unidos y alrededor del mundo, yo hablo de mi historia completamente abiertamente. Para mí, fue algo que tuve que vivir, así es que cuando yo lucho, pero lucho fuerte, porque sé lo que se siente ser un estudiante que está por las afueras. Al momento que no den servicios de educación especial en español o en francés o en árabe, cualquier idioma que sea pareja del inglés, nosotros también somos culpables de atar a los estudiantes a las camas, solamente no en forma física.
[Música – “Waiting for the Moment that Never Comes”, Lee Rosevere]
[Conversación en español entre mamá y niño]
Emily Hunsberger: A diferencia de José, yo no aprendí el español en el hogar. Después de casi 30 años de estudiarlo en la escuela y la universidad y de usarlo en el trabajo y con amistades, ahora es mi segunda lengua. Lo hablo con mi hijo desde que nació hace tres años, y quiero que él siga aprendiendo los dos idiomas en la escuela.
A lo largo de los Estados Unidos, el español es la lengua que más se enseña en las escuelas como una lengua extranjera, y puede formar parte de programas de apoyo para niños hispanohablantes que están aprendiendo el inglés, especialmente en comunidades donde hay grandes números de familias inmigrantes de países latinoamericanos.
Pero hay otro tipo de educación bilingüe que se está volviendo cada vez más popular: la doble immersión lingüística, donde tanto el español como el inglés son los idiomas principales de instrucción. A diferencia de los tipos de enseñanza que acabo de mencionar, en un programa de inmersión el niño recibe instrucción, o está inmerso, en el español de manera y el tiempo suficiente para que desarrolle un bilingüismo equilibrado en español e inglés. Una de las metas es la capacidad de leer y escribir y manejar contenidos académicos en ambas lenguas. Estos programas empiezan en la escuela primaria y pueden servir a niños que vienen de hogares hispanohablantes, angloparlantes o bilingües. Hay programas duales donde se enseñan diferentes lenguas minoritarias junto con el inglés, pero el español es el idioma más popular, según datos del Departamento de Educación del país.
Cuando me mudé a Grand Rapids, Michigan hace cuatro años, no era mamá todavía pero casi inmediatamente me llamó la atención la gran cantidad de programas de inmersión en español en el área, que se conoce como el Oeste de Michigan. Sabía que durante la última década, la población latina en la zona había crecido bastante, al igual que en todo el país.
Entonces hace ocho meses comencé a investigar el tema. Entendía que el ‘boom’ de los programas de inmersión no era una excentricidad del Oeste de Michigan sino una tendencia nacional. Yo soy como tantos otros padres privilegiados de clase media que quieren que sus hijos disfruten de los beneficios del bilingüismo. Sin embargo, una de mis preguntas centrales era cuántos niños latinos que empiezan la vida ‘inmersos’ naturalmente en español, como José, tienen la oportunidad de seguir desarrollando el idioma de su hogar al mismo tiempo que aprendan el inglés.
[Música – “Waiting for the Moment that Never Comes”, Lee Rosevere]
Emily Hunsberger: Lo primero que descubrí es que iba a ser difícil iniciar mi investigación porque, como primer paso, no había ninguna lista disponible al público que identificaba los programas de inmersión en el área. De hecho, no hay ninguna lista pública de estos programas a nivel estatal en Michigan, y la única base de datos a nivel nacional, de CAL, es incompleta porque solo incluye información que las mismas escuelas han decidido contribuir de manera voluntaria y proactiva.
Afortunadamente, una organización local de maestros de inmersión, el West Michigan Alliance of Immersion Educators, me pasó su lista, la cual fui verificando y actualizando escuela por escuela. Si consideramos que el área del Oeste de Michigan abarca los condados de Ottawa, Kent, Muskegon, Kalamazoo, Allegan y Newaygo, puedo decir con bastante seguridad que en el año escolar 2017-2018 había 31 programas de inmersión en español en esta zona.
Ahora, es importante señalar que hay varias diferencias entre los programas. Algunos están albergados en escuelas públicas, otros en escuelas privadas. Hay algunas escuelas donde el edificio entero está dedicado a la inmersión lingüística; hay otras donde solo son unas cuantas salas de clase. Algunos programas son nuevos y solo abarcan dos o tres grados; otros tienen más tiempo y ofrecen instrucción desde el kínder hasta el grado ocho o el grado 12. Y la diferencia que más me interesa es entre los programas unidireccionales y los bidireccionales; en inglés se usan los términos ‘one-way’ y ‘two-way’.
Un programa unidireccional tiene un solo grupo de niños que empiezan la escuela hablando el mismo idioma y adquieren una segunda lengua. Un programa bidireccional tiene dos grupos; cada grupo habla uno de los dos idiomas enseñados en el programa y aprende el otro. La meta de ambos modelos es la misma: que todos los estudiantes logren el bilingüismo.
De los 31 programas de inmersión en español en el Oeste de Michigan, sólo seis son bidireccionales, o empiezan con un grupo hispanohablante y un grupo angloparlante. El resto de los programas son unidireccionales y comparten la característica de que todos los niños ya hablan el inglés y agregan el español. Este no es el caso en todas partes. En otras áreas de los Estados Unidos, hay programas unidireccionales diseñados para niños que hablan una lengua minoritaria como el español.
Otra vez, José:
José Medina: Ahora en día, muchos distritos escolares han seleccionado este modelo para dar servicios a sus estudiantes que están agregando el inglés. Para un estudiante que ya domina el ingles, entonces es un programa de enriquecimiento.
Emily Hunsberger: Los seis programas bidireccionales en el Oeste de Michigan están en las ciudades de Grand Rapids, Holland, Kalamazoo, Muskegon y Grant. Con la excepción de una escuela católica, todos forman parte de los correspondientes distritos de escuelas públicas. Un distrito escolar es una agencia gubernamental responsable por todas las escuelas públicas ubicadas en cierta zona geográfica, que no necesariamente está alineada con los límites de una ciudad. Más bien corresponde a un área definida por otras características socioeconómicas. Por eso hay tantas disparidades entre los distritos escolares públicos, cuyos fondos muchas veces se derivan de los impuestos sobre la propiedad.
[Música – “Waiting for the Moment that Never Comes”, Lee Rosevere]
Iliana Vásquez Ochoa: Pienso que lo más importante es educar a los padres, de cuáles son los beneficios de un programa de inmersión. Tristemente, muchos padres hispanos tienen la mentalidad de, pues estamos en los Estados Unidos, hay que aprender inglés. Tenemos información equivocada. Por todo lo que sabemos de las investigaciones, es que todos los beneficios que tenemos en concentrarnos y en fortalecer nuestro idioma natal, transfieren a aprender otros idiomas.
Emily Hunsberger: Iliana Vásquez Ochoa es la directora de Holland Language Academy, una escuela entera dedicada a un programa bidireccional de inmersión en español ubicada en Holland, una ciudad originalmente fundada por inmigrantes y refugiados religiosos holandeses. La ciudad es pequeña, con unos 33 mil habitantes, de los cuales casi un cuarto son latinos. Cada primavera se celebran las raíces holandesas con un festival que se llama Tulip Time, y, desde hace varios años en el otoño hay otro festival, Tulipanes, que celebra las contribuciones culturales de la comunidad latina.
Iliana Vásquez Ochoa: Hace dos años, fue bastante trabajo. Enviamos mucha información, la pusimos en diferentes lugares donde hay alta concentración de hispanos, en las tiendas hispanas, en las lavanderías, a las iglesias del área, para que ellos supieran que había noches de información para que los padres vinieran a aprender. Ese fue el primer y último año que tuvimos que hacer eso, porque ahora desde ese año que hicimos eso, los mismos padres que tenemos aquí son los mismos portavoces de nuestro programa.
Emily Hunsberger: Hoy en día, en el distrito escolar de la Ciudad de Holland, casi la mitad de todos los niños matriculados en todos los grados de las escuelas públicas son de origen hispano. Y de todos los niños en el distrito identificados como aprendices de inglés, o ‘English learners’, el 86% son latinos. La Junta de Educación del Estado de Michigan requiere que los distritos escolares públicos hagan una encuesta para determinar el idioma natal de cada estudiante y el idioma principal hablado en su hogar. Pero no he podido encontrar un informe con resultados más recientes que 2012, y los datos no se relacionan con la información recolectada sobre la categoría hispano/latino. En el Oeste de Michigan hay familias latinas que hablan idiomas indígenas, pero lo más probable es que la mayoría de los niños latinos que también se clasifican como aprendices de inglés habla el español en casa, y éste es su idioma dominante cuando empieza a ir a la escuela.
[Emily Hunsberger, entrevista grabada] Hay varias familias, no sé si es por donde viven en la zona, cuyos hijos, o sea, van a estar inscritos automáticamente, a menos que decidan que no quieren que vayan aquí. Si me puedes explicar…
Iliana Vásquez Ochoa: Claro, y eso es algo que ha determinado el distrito, el superintendente, entonces este es el programa y la opción que, cuando niños vienen de países hispanohablantes, este es el programa donde van a recibir el mayor apoyo aprendiendo el inglés como segundo idioma.
Emily Hunsberger: Según todos los estudios que he visto y de acuerdo con todos los expertos que entrevisté, un niño que aprende el español en el hogar antes de aprender el inglés en la escuela enfrenta desafíos importantes si tiene que dejar el español a un lado y solo recibe apoyo académico transicional para aprender el inglés, conocido como ‘ESL’ o ‘English as a Second Language’. En constraste, si otro niño con el mismo perfil tiene la oportunidad de asistir a un programa dual, aprender a leer y escribir el idioma que ya habla, y comenzar a hacer sus primeros cálculos matemáticos en español, a la larga su éxito académico en el inglés no sólo va superar el del niño que tiene una educación monolingüe, sino que puede superar el de un niño angloparlante que empezó la escuela con la ventaja de ya hablar el inglés.
Las leyes y decisiones judiciales a nivel federal requieren que las escuelas públicas provean algún tipo de apoyo básico a los estudiantes que no dominan el inglés, pero me parece bastante progresista que el distrito escolar público de la Ciudad de Holland haya tomado la decisión de escoger un programa de inmersión como el apoyo estándar para este grupo de niños hispanohablantes. Actualmente, Holland Language Academy sirve a un cuarto de esta población de estudiantes en todo el distrito. Costará tiempo implementar la nueva política para todos los niños porque la decisión fue reciente.
Iliana Vásquez Ochoa: Entonces ahora estamos planeando en el crecimiento del programa.
[Música – “Waiting for the Moment that Never Comes”, Lee Rosevere]
Emily Hunsberger: A 30 millas de Holland hacia el interior del estado, llegamos a Grand Rapids, la segunda ciudad más grande de Michigan después de Detroit. En todos los grados de todas las escuelas del distrito escolar público de Grand Rapids, más de un tercio de los estudiantes son de origen hispano, y de todas las diferentes categorías étnicas y raciales, es el grupo más grande. En general, más de un cuarto de los estudiantes en el distrito se clasifican como aprendices de inglés. Casi al igual que en Holland, el 83% de esos niños también son latinos.
Sin embargo, solo una pequeña proporción de los niños latinos que no dominan el inglés en Grand Rapids tienen la oportunidad de estudiar en Southwest Community Campus, otra de las 5 escuelas públicas con programas bidireccionales de inmersión que sirven a niños hispanohablantes en el Oeste de Michigan. Como cualquier escuela, Southwest Community Campus tiene una capacidad limitada. Durante el año escolar 2017-2018, la escuela sirvió a 520 estudiantes latinos que también se identificaban como aprendices de inglés.
Hay más de 3,600 niños con este perfil en todo el distrito. Así que los demás 3,000 asistieron a escuelas tradicionales donde hay apoyo limitado con la meta de prepararlos lo antes posible para una educación monolingüe en inglés. Le pregunté a José sobre la diferencia para los niños que se matriculan en un programa dual, como el de Southwest Community Campus, versus un programa de ESL.
José Medina: El programa de ESL, ese es un programa que es sustractivo. La meta no es agregar el inglés, la meta es transicionar. Muchos padres piensan que es mejor inmediatamente ponerlos en ESL, donde no les van a desarrollar el primer idioma. Lo que las investigaciones enseñan es que los estudiantes pueden tener éxito en un programa sustractivo así, pero si una familia toma esa decisión, el estudiante va a perder el español. Tal vez lo pueda hablar, pero va a ser muy difícil que lo pueda hablar, escribir, leer, traducir. O sea que ese es un apoyo mínimo. El programa dual da ese apoyo a los estudiantes que están aprendiendo el inglés, pero lo da de una forma aditiva, también desarrollando el primer idioma y la primera cultura.
Emily Hunsberger: Esther Gómez es una educadora de padres que trabaja con familias latinas en el área de Grand Rapids a través un programa que se llama ‘Bright Beginnings’. Debo mencionar que conocí a Esther hace dos años cuando empecé a llevar a mi hijo a los grupos de juego en español que ella organiza.
Esther Gómez: El programa del Kent ISD Bright Beginnings Early Childhood es un programa gratis, basado en evidencia que ofrece fuerza y apoyo en las visitas en casa para familias en el condado de Kent. Educadores de padres están disponibles para viajar y asistir al padre, empezando desde nacimiento hasta que tengan los cinco años, y capacitándolos para darles a sus hijos el mejor comienzo posible en la vida.
Emily Hunsberger: El ‘Kent ISD’ que menciona Esther es lo que se llama un ‘intermediate school district’ o una agencia regional que abarca todos los distritos escolares que están ubicados en un condado. Grand Rapids está en el condado de Kent, donde casi el 70% de los niños que son aprendices de inglés, también se identifican como latinos. Es decir, a nivel de condado también es claro que hay un gran número de niños que hablan más español que inglés cuando empiezan la escuela, pero en todo el condado de Kent, Southwest Community Campus es la única escuela que ofrece un programa bidireccional de inmersión en español.
Los 520 niños que estudiaron en Southwest Community Campus durante el último año escolar constituyen menos del 6% de los más de 9,000 niños que en teoría podrían beneficiarse de un programa de este tipo.
La mayoría de los niños con quienes trabaja Esther terminan yendo a escuelas monolingües cuando empiezan el kínder a los cinco años.
[Emily Hunsberger, entrevista grabada] Bueno yo sé que los niños van a muchas escuelas, pero algunos van al programa de doble inmersión. ¿Y por qué? Por qué van los niños allí? Simplemente porque viven en ese barrio? O has platicado con los padres y ellos saben que allí van a seguir desarollando su español? O sea, ¿qué contacto has tenido con esas familias cuyos hijos van a esa escuela?
Esther Gómez: Yo, de los padres a los cuales yo visito, lamentable no necesariamente mandan a sus hijos allá, los mandan a la escuela alrededor que está más cerca de ellos, por recursos. No tienen carros, los niños tienen que caminar, ellos tienen que trabajar, no hay transportación. Pero ellos pueden, si ellos quieren, mandar a sus hijos allá, ellos tienen que llevarlos, y a ellos les encanta. Tengo como tres familias que sí han ido, los niños aprenden su español bien, bien enfocado, y después toman su inglés, y saben los dos idiomas y la gramática muy bien. Porque muchos de los niños que hablan español en la casa, no necesariamente lo saben leer, sino nada más hablarlo. Pero sí, tengo madres que están en esa área que han mandado a sus hijos. Pero usualmente no los llevan, por, nuevamente, esos recursos que no tienen.
Emily Hunsberger: Según Esther, si una familia hispanohablante quiere mandar a su hijo a Southwest Community Campus pero que no vive en el barrio alrededor de la escuela, el distrito escolar de Grand Rapids no provee transporte para ese niño y la responsabilidad de llevarlo cae en manos de la familia. A diferencia del distrito escolar de Holland, el distrito de Grand Rapids no ha escogido Southwest Community Campus como el programa por defecto para los niños hispanohablantes que necesitan apoyo para aprender el inglés. Como señala Esther, lo más práctico para esas familias es matricular a sus hijos en la escuela más cerca a donde se puede llegar caminando.
Y por otro lado, no es tarea fácil agregar nuevos programas de inmersión en un distrito escolar público. Aunque no es cuestión de número de estudiantes que podrían beneficiarse, sí es cuestión de voluntad política, recursos y lo difícil que es contratar a suficientes maestros certificados para enseñar contenidos académicos en español, en medio de una escasez de maestros en cada estado del país.
[Música – “Waiting for the Moment that Never Comes”, Lee Rosevere]
Emily Hunsberger: No sólo llevo a mi hijo al grupo de juego que organiza Esther, sino también a otro grupo de un programa que se llama ‘Play and Learn’. Las reuniones de Bright Beginnings y las de Play and Learn tienen casi el mismo formato, pero las de Play and Learn son en inglés.
Allí conocí a otra mamá bilingüe, originalmente de México. Ella me dijo que decidió no enseñarles a sus hijas el español en casa, sino hablarles solo en inglés. ‘Aprenderán el español después’, me dijo.
A pesar de lo que uno escucha hoy en los discursos anti-inmigrantes de algunos políticos, que sus hijos aprendan bien el inglés es una preocupación notable entre las familias inmigrantes. Es uno de los temas que hablé con José.
José Medina: Una de las otras cosas que también lucho en contra es que los padres que vienen de Latinoamérica o que no tienen inglés como su primer idioma, que no les importa la educación de sus hijos, y ese es un mito que es incorrecto. La mayoría de los padres quieren que sus hijos salgan adelante, pero hay muchas culturas, incluyendo muchas en Latinoamérica, donde el maestro se ve como una persona que es la persona que va a guiar la educación. Entonces una de mis tareas de enfoque siempre ha sido el apoyo a las familias y a la comunidad, porque hasta mi mamá y mi hermano y mi hermana pensaban que si mis sobrinas entraban a un programa dual, se iban a confundir. Parte del problema es que nunca les damos acceso a los resultados de las investigaciones en una forma que se va a poder comprender a las familias y a los padres. Si los padres no entienden, eso no es culpa de los padres, es culpa de la escuela.
Emily Hunsberger: Cuando las familias conocen los beneficios y tienen acceso a programas de inmersión, el éxito documentado por las investigaciones académicas se manifiesta en el éxito personal. El hijo de María Ibarra estudia en Holland Language Academy; ella habló con Stephanie Irizarry para el podcast de add.a.lingua, una empresa en el Oeste de Michigan que trabaja con escuelas para desarrollar y apoyar programas de inmersión lingüística.
María Ibarra: Yo en otra escuela batallaba bastante que si tengo una inquietud con mi hijo, no podían resolverme porque yo no les entendía. Entonces en verdad hasta lloraba de impotencia, de desesperación, porque yo no sabía el inglés. Entonces yo decía, ‘Guau, no quiero que mi niño pase esa situación’. Mi niño, en otra escuela, tenía una pregunta, una inquietud. Me le decían, ‘No, este, yo no te entiendo, yo no esto’, entonces mi niño, automáticamente su autoestima se le bajaba. Me decía, ‘Mami, ya no quiero ir a la escuela porque nadie me entiende’. Entonces para mí era un momento de desesperación, de yo decir, ‘Yo necesito algo que sea diferente para mi hijo’. Gracias a Dios encontré este programa, y mi vida ha cambiado, la de mi hijo también, su autoestima se ha levantado, él no quiere faltar ni un día a la escuela. Bueno yo tenía mi esposo, precisamente, pensaba que a lo mejor, si yo lo metía en este programa académico, iba a olvidarse del inglés. Pero él dice, ‘Guau’, dice, ‘Qué bueno que tú, este, decidiste meterlo en el programa, porque realmente pues sí, veo que no está perdiendo ninguno de los dos idiomas’.
[Música – “Waiting for the Moment that Never Comes”, Lee Rosevere]
Emily Hunsberger: A pesar de las historias bonitas como la del hijo de María, la realidad es que la mayoría de los niños hispanohablantes que más podrían beneficiarse de los programas de inmersión en español en el Oeste de Michigan no tienen acceso a ellos. Además de las barreras relacionadas con los recursos, el transporte y la difusión de información, el cupo disponible en los programas bidireccionales simplemente no corresponde al número de estudiantes con el perfil de ser latino y a la vez aprendiz de inglés.
En el próximo y último episodio de esta serie, vamos a examinar esta cuestión de acceso y también volver la mirada a los 25 programas unidireccionales de inmersión en español en el Oeste de Michigan. Y como esta serie se trata de un modelo de educación que fomenta el bilingüismo, la segunda parte es en inglés.
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Gracias por escuchar Tertulia. La música que has escuchado en este episodio es de Lee Rosevere.
Tertulia es una producción de Tertulia LLC.
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Emily Hunsberger: Este episodio de Tertulia es la primera en una serie de dos partes; este episodio es en español y el siguiente es en inglés. Son dos partes complementarias de una sola historia, y no son traducciones del mismo contenido. También te invito a visitar tertuliapodcast.com donde se puede visualizar y explorar los datos que recopilé para esta serie.
Ahora, ¿tienes tu cafecito? Porque estás escuchando Tertulia. Soy Emily Hunsberger.
[Música – “Waiting for the Moment that Never Comes”, Lee Rosevere]
José Medina: Yo nací y crecí en El Paso, Tejas. Mi mamá tiene una educación de sexto grado en Ciudad Juárez, y mi papá, una educación de quinto grado.
Emily Hunsberger: José Medina es el Director del área de Enseñanza de Lenguas y Culturas Globales en el Center for Applied Linguistics, también conocido como CAL, o el Centro de la Lingüística Aplicada. CAL es un instituto de investigación ubicado en Washington, DC que promueve el aprendizaje de idiomas y el conocimiento cultural. Antes de llegar a su puesto actual, José trabajó durante décadas como maestro de educación bilingüe y administrador de escuelas en Texas. Pero mucho antes de eso, fue un niño que sólo hablaba español, y el único adjetivo para describir su primera experiencia en la escuela en El Paso es traumática.
José Medina: Cuando me llevaron a la escuela de kínder, yo era un niño muy nervioso, más aparte obviamente no hablabla el inglés. Comencé a dar patadas, a llorar, me orinaba. Fue algo bastante difícil. La directora escolar les dijo a mi mamá y mi papá que no me podían apoyar, que tenía que madurar un poco. Así es que me botaron de kínder, que fue horroroso, porque era uno de los estudiantes que más lo necesitaba.
Emily Hunsberger: Desesperados, sus padres lo matricularon en una escuela católica.
José Medina: El primer día del primer grado en esa escuela privada, hice lo mismo. La diferencia fue que la directora escolar, que era una monja, le dijo a la enfermera que trajera una de esas camas que tienen las llantas, y me llevaron a mi clase de primer grado atado, pues, a la cama. En ese momento me presentaron a mis nuevos compañeros de escuela y la maestra me presentó como ‘Joe’, así es que no solamente me llevaron atado a mi clase de primer grado, pero también me cambiaron el nombre. Después recuerdo preguntarle a mi mamá, ‘Vio que me cambiaron el nombre, ¿qué debería de hacer?’ y mi mamá dijo, ‘Junior, por favor, haz lo que te diga la maestra’. Por efecto es lo que hice, hice lo que me dijo la maestra. Me estuve allí por dos años, me comporté rápidamente, cambié mis acciones. Lo que me apoyó bastante es que mi mamá me había enseñado a leer y escribir durante el año de kínder que falté. Así es que para el tercer grado, regresé a la escuela pública que me había botado y ya sabía leer y escribir en los dos idiomas.
Emily Hunsberger: Según José, su experiencia no se podría repetir hoy porque a partir de la decisión de la Corte Suprema en el caso Lau contra Nichols de 1971, los distritos escolares deben proveer apoyo adicional a los estudiantes que no dominan el inglés para darles las mismas oportunidades que tienen los demás estudiantes. Hay otras leyes y reglamentos a todos los niveles de gobierno que tienen que ver con la educación bilingüe, pero este caso de la Corte Suprema lo convirtió en una cuestión de derechos civiles.
José Medina: Al viajar alrededor de los Estados Unidos y alrededor del mundo, yo hablo de mi historia completamente abiertamente. Para mí, fue algo que tuve que vivir, así es que cuando yo lucho, pero lucho fuerte, porque sé lo que se siente ser un estudiante que está por las afueras. Al momento que no den servicios de educación especial en español o en francés o en árabe, cualquier idioma que sea pareja del inglés, nosotros también somos culpables de atar a los estudiantes a las camas, solamente no en forma física.
[Música – “Waiting for the Moment that Never Comes”, Lee Rosevere]
[Conversación en español entre mamá y niño]
Emily Hunsberger: A diferencia de José, yo no aprendí el español en el hogar. Después de casi 30 años de estudiarlo en la escuela y la universidad y de usarlo en el trabajo y con amistades, ahora es mi segunda lengua. Lo hablo con mi hijo desde que nació hace tres años, y quiero que él siga aprendiendo los dos idiomas en la escuela.
A lo largo de los Estados Unidos, el español es la lengua que más se enseña en las escuelas como una lengua extranjera, y puede formar parte de programas de apoyo para niños hispanohablantes que están aprendiendo el inglés, especialmente en comunidades donde hay grandes números de familias inmigrantes de países latinoamericanos.
Pero hay otro tipo de educación bilingüe que se está volviendo cada vez más popular: la doble immersión lingüística, donde tanto el español como el inglés son los idiomas principales de instrucción. A diferencia de los tipos de enseñanza que acabo de mencionar, en un programa de inmersión el niño recibe instrucción, o está inmerso, en el español de manera y el tiempo suficiente para que desarrolle un bilingüismo equilibrado en español e inglés. Una de las metas es la capacidad de leer y escribir y manejar contenidos académicos en ambas lenguas. Estos programas empiezan en la escuela primaria y pueden servir a niños que vienen de hogares hispanohablantes, angloparlantes o bilingües. Hay programas duales donde se enseñan diferentes lenguas minoritarias junto con el inglés, pero el español es el idioma más popular, según datos del Departamento de Educación del país.
Cuando me mudé a Grand Rapids, Michigan hace cuatro años, no era mamá todavía pero casi inmediatamente me llamó la atención la gran cantidad de programas de inmersión en español en el área, que se conoce como el Oeste de Michigan. Sabía que durante la última década, la población latina en la zona había crecido bastante, al igual que en todo el país.
Entonces hace ocho meses comencé a investigar el tema. Entendía que el ‘boom’ de los programas de inmersión no era una excentricidad del Oeste de Michigan sino una tendencia nacional. Yo soy como tantos otros padres privilegiados de clase media que quieren que sus hijos disfruten de los beneficios del bilingüismo. Sin embargo, una de mis preguntas centrales era cuántos niños latinos que empiezan la vida ‘inmersos’ naturalmente en español, como José, tienen la oportunidad de seguir desarrollando el idioma de su hogar al mismo tiempo que aprendan el inglés.
[Música – “Waiting for the Moment that Never Comes”, Lee Rosevere]
Emily Hunsberger: Lo primero que descubrí es que iba a ser difícil iniciar mi investigación porque, como primer paso, no había ninguna lista disponible al público que identificaba los programas de inmersión en el área. De hecho, no hay ninguna lista pública de estos programas a nivel estatal en Michigan, y la única base de datos a nivel nacional, de CAL, es incompleta porque solo incluye información que las mismas escuelas han decidido contribuir de manera voluntaria y proactiva.
Afortunadamente, una organización local de maestros de inmersión, el West Michigan Alliance of Immersion Educators, me pasó su lista, la cual fui verificando y actualizando escuela por escuela. Si consideramos que el área del Oeste de Michigan abarca los condados de Ottawa, Kent, Muskegon, Kalamazoo, Allegan y Newaygo, puedo decir con bastante seguridad que en el año escolar 2017-2018 había 31 programas de inmersión en español en esta zona.
Ahora, es importante señalar que hay varias diferencias entre los programas. Algunos están albergados en escuelas públicas, otros en escuelas privadas. Hay algunas escuelas donde el edificio entero está dedicado a la inmersión lingüística; hay otras donde solo son unas cuantas salas de clase. Algunos programas son nuevos y solo abarcan dos o tres grados; otros tienen más tiempo y ofrecen instrucción desde el kínder hasta el grado ocho o el grado 12. Y la diferencia que más me interesa es entre los programas unidireccionales y los bidireccionales; en inglés se usan los términos ‘one-way’ y ‘two-way’.
Un programa unidireccional tiene un solo grupo de niños que empiezan la escuela hablando el mismo idioma y adquieren una segunda lengua. Un programa bidireccional tiene dos grupos; cada grupo habla uno de los dos idiomas enseñados en el programa y aprende el otro. La meta de ambos modelos es la misma: que todos los estudiantes logren el bilingüismo.
De los 31 programas de inmersión en español en el Oeste de Michigan, sólo seis son bidireccionales, o empiezan con un grupo hispanohablante y un grupo angloparlante. El resto de los programas son unidireccionales y comparten la característica de que todos los niños ya hablan el inglés y agregan el español. Este no es el caso en todas partes. En otras áreas de los Estados Unidos, hay programas unidireccionales diseñados para niños que hablan una lengua minoritaria como el español.
Otra vez, José:
José Medina: Ahora en día, muchos distritos escolares han seleccionado este modelo para dar servicios a sus estudiantes que están agregando el inglés. Para un estudiante que ya domina el ingles, entonces es un programa de enriquecimiento.
Emily Hunsberger: Los seis programas bidireccionales en el Oeste de Michigan están en las ciudades de Grand Rapids, Holland, Kalamazoo, Muskegon y Grant. Con la excepción de una escuela católica, todos forman parte de los correspondientes distritos de escuelas públicas. Un distrito escolar es una agencia gubernamental responsable por todas las escuelas públicas ubicadas en cierta zona geográfica, que no necesariamente está alineada con los límites de una ciudad. Más bien corresponde a un área definida por otras características socioeconómicas. Por eso hay tantas disparidades entre los distritos escolares públicos, cuyos fondos muchas veces se derivan de los impuestos sobre la propiedad.
[Música – “Waiting for the Moment that Never Comes”, Lee Rosevere]
Iliana Vásquez Ochoa: Pienso que lo más importante es educar a los padres, de cuáles son los beneficios de un programa de inmersión. Tristemente, muchos padres hispanos tienen la mentalidad de, pues estamos en los Estados Unidos, hay que aprender inglés. Tenemos información equivocada. Por todo lo que sabemos de las investigaciones, es que todos los beneficios que tenemos en concentrarnos y en fortalecer nuestro idioma natal, transfieren a aprender otros idiomas.
Emily Hunsberger: Iliana Vásquez Ochoa es la directora de Holland Language Academy, una escuela entera dedicada a un programa bidireccional de inmersión en español ubicada en Holland, una ciudad originalmente fundada por inmigrantes y refugiados religiosos holandeses. La ciudad es pequeña, con unos 33 mil habitantes, de los cuales casi un cuarto son latinos. Cada primavera se celebran las raíces holandesas con un festival que se llama Tulip Time, y, desde hace varios años en el otoño hay otro festival, Tulipanes, que celebra las contribuciones culturales de la comunidad latina.
Iliana Vásquez Ochoa: Hace dos años, fue bastante trabajo. Enviamos mucha información, la pusimos en diferentes lugares donde hay alta concentración de hispanos, en las tiendas hispanas, en las lavanderías, a las iglesias del área, para que ellos supieran que había noches de información para que los padres vinieran a aprender. Ese fue el primer y último año que tuvimos que hacer eso, porque ahora desde ese año que hicimos eso, los mismos padres que tenemos aquí son los mismos portavoces de nuestro programa.
Emily Hunsberger: Hoy en día, en el distrito escolar de la Ciudad de Holland, casi la mitad de todos los niños matriculados en todos los grados de las escuelas públicas son de origen hispano. Y de todos los niños en el distrito identificados como aprendices de inglés, o ‘English learners’, el 86% son latinos. La Junta de Educación del Estado de Michigan requiere que los distritos escolares públicos hagan una encuesta para determinar el idioma natal de cada estudiante y el idioma principal hablado en su hogar. Pero no he podido encontrar un informe con resultados más recientes que 2012, y los datos no se relacionan con la información recolectada sobre la categoría hispano/latino. En el Oeste de Michigan hay familias latinas que hablan idiomas indígenas, pero lo más probable es que la mayoría de los niños latinos que también se clasifican como aprendices de inglés habla el español en casa, y éste es su idioma dominante cuando empieza a ir a la escuela.
[Emily Hunsberger, entrevista grabada] Hay varias familias, no sé si es por donde viven en la zona, cuyos hijos, o sea, van a estar inscritos automáticamente, a menos que decidan que no quieren que vayan aquí. Si me puedes explicar…
Iliana Vásquez Ochoa: Claro, y eso es algo que ha determinado el distrito, el superintendente, entonces este es el programa y la opción que, cuando niños vienen de países hispanohablantes, este es el programa donde van a recibir el mayor apoyo aprendiendo el inglés como segundo idioma.
Emily Hunsberger: Según todos los estudios que he visto y de acuerdo con todos los expertos que entrevisté, un niño que aprende el español en el hogar antes de aprender el inglés en la escuela enfrenta desafíos importantes si tiene que dejar el español a un lado y solo recibe apoyo académico transicional para aprender el inglés, conocido como ‘ESL’ o ‘English as a Second Language’. En constraste, si otro niño con el mismo perfil tiene la oportunidad de asistir a un programa dual, aprender a leer y escribir el idioma que ya habla, y comenzar a hacer sus primeros cálculos matemáticos en español, a la larga su éxito académico en el inglés no sólo va superar el del niño que tiene una educación monolingüe, sino que puede superar el de un niño angloparlante que empezó la escuela con la ventaja de ya hablar el inglés.
Las leyes y decisiones judiciales a nivel federal requieren que las escuelas públicas provean algún tipo de apoyo básico a los estudiantes que no dominan el inglés, pero me parece bastante progresista que el distrito escolar público de la Ciudad de Holland haya tomado la decisión de escoger un programa de inmersión como el apoyo estándar para este grupo de niños hispanohablantes. Actualmente, Holland Language Academy sirve a un cuarto de esta población de estudiantes en todo el distrito. Costará tiempo implementar la nueva política para todos los niños porque la decisión fue reciente.
Iliana Vásquez Ochoa: Entonces ahora estamos planeando en el crecimiento del programa.
[Música – “Waiting for the Moment that Never Comes”, Lee Rosevere]
Emily Hunsberger: A 30 millas de Holland hacia el interior del estado, llegamos a Grand Rapids, la segunda ciudad más grande de Michigan después de Detroit. En todos los grados de todas las escuelas del distrito escolar público de Grand Rapids, más de un tercio de los estudiantes son de origen hispano, y de todas las diferentes categorías étnicas y raciales, es el grupo más grande. En general, más de un cuarto de los estudiantes en el distrito se clasifican como aprendices de inglés. Casi al igual que en Holland, el 83% de esos niños también son latinos.
Sin embargo, solo una pequeña proporción de los niños latinos que no dominan el inglés en Grand Rapids tienen la oportunidad de estudiar en Southwest Community Campus, otra de las 5 escuelas públicas con programas bidireccionales de inmersión que sirven a niños hispanohablantes en el Oeste de Michigan. Como cualquier escuela, Southwest Community Campus tiene una capacidad limitada. Durante el año escolar 2017-2018, la escuela sirvió a 520 estudiantes latinos que también se identificaban como aprendices de inglés.
Hay más de 3,600 niños con este perfil en todo el distrito. Así que los demás 3,000 asistieron a escuelas tradicionales donde hay apoyo limitado con la meta de prepararlos lo antes posible para una educación monolingüe en inglés. Le pregunté a José sobre la diferencia para los niños que se matriculan en un programa dual, como el de Southwest Community Campus, versus un programa de ESL.
José Medina: El programa de ESL, ese es un programa que es sustractivo. La meta no es agregar el inglés, la meta es transicionar. Muchos padres piensan que es mejor inmediatamente ponerlos en ESL, donde no les van a desarrollar el primer idioma. Lo que las investigaciones enseñan es que los estudiantes pueden tener éxito en un programa sustractivo así, pero si una familia toma esa decisión, el estudiante va a perder el español. Tal vez lo pueda hablar, pero va a ser muy difícil que lo pueda hablar, escribir, leer, traducir. O sea que ese es un apoyo mínimo. El programa dual da ese apoyo a los estudiantes que están aprendiendo el inglés, pero lo da de una forma aditiva, también desarrollando el primer idioma y la primera cultura.
Emily Hunsberger: Esther Gómez es una educadora de padres que trabaja con familias latinas en el área de Grand Rapids a través un programa que se llama ‘Bright Beginnings’. Debo mencionar que conocí a Esther hace dos años cuando empecé a llevar a mi hijo a los grupos de juego en español que ella organiza.
Esther Gómez: El programa del Kent ISD Bright Beginnings Early Childhood es un programa gratis, basado en evidencia que ofrece fuerza y apoyo en las visitas en casa para familias en el condado de Kent. Educadores de padres están disponibles para viajar y asistir al padre, empezando desde nacimiento hasta que tengan los cinco años, y capacitándolos para darles a sus hijos el mejor comienzo posible en la vida.
Emily Hunsberger: El ‘Kent ISD’ que menciona Esther es lo que se llama un ‘intermediate school district’ o una agencia regional que abarca todos los distritos escolares que están ubicados en un condado. Grand Rapids está en el condado de Kent, donde casi el 70% de los niños que son aprendices de inglés, también se identifican como latinos. Es decir, a nivel de condado también es claro que hay un gran número de niños que hablan más español que inglés cuando empiezan la escuela, pero en todo el condado de Kent, Southwest Community Campus es la única escuela que ofrece un programa bidireccional de inmersión en español.
Los 520 niños que estudiaron en Southwest Community Campus durante el último año escolar constituyen menos del 6% de los más de 9,000 niños que en teoría podrían beneficiarse de un programa de este tipo.
La mayoría de los niños con quienes trabaja Esther terminan yendo a escuelas monolingües cuando empiezan el kínder a los cinco años.
[Emily Hunsberger, entrevista grabada] Bueno yo sé que los niños van a muchas escuelas, pero algunos van al programa de doble inmersión. ¿Y por qué? Por qué van los niños allí? Simplemente porque viven en ese barrio? O has platicado con los padres y ellos saben que allí van a seguir desarollando su español? O sea, ¿qué contacto has tenido con esas familias cuyos hijos van a esa escuela?
Esther Gómez: Yo, de los padres a los cuales yo visito, lamentable no necesariamente mandan a sus hijos allá, los mandan a la escuela alrededor que está más cerca de ellos, por recursos. No tienen carros, los niños tienen que caminar, ellos tienen que trabajar, no hay transportación. Pero ellos pueden, si ellos quieren, mandar a sus hijos allá, ellos tienen que llevarlos, y a ellos les encanta. Tengo como tres familias que sí han ido, los niños aprenden su español bien, bien enfocado, y después toman su inglés, y saben los dos idiomas y la gramática muy bien. Porque muchos de los niños que hablan español en la casa, no necesariamente lo saben leer, sino nada más hablarlo. Pero sí, tengo madres que están en esa área que han mandado a sus hijos. Pero usualmente no los llevan, por, nuevamente, esos recursos que no tienen.
Emily Hunsberger: Según Esther, si una familia hispanohablante quiere mandar a su hijo a Southwest Community Campus pero que no vive en el barrio alrededor de la escuela, el distrito escolar de Grand Rapids no provee transporte para ese niño y la responsabilidad de llevarlo cae en manos de la familia. A diferencia del distrito escolar de Holland, el distrito de Grand Rapids no ha escogido Southwest Community Campus como el programa por defecto para los niños hispanohablantes que necesitan apoyo para aprender el inglés. Como señala Esther, lo más práctico para esas familias es matricular a sus hijos en la escuela más cerca a donde se puede llegar caminando.
Y por otro lado, no es tarea fácil agregar nuevos programas de inmersión en un distrito escolar público. Aunque no es cuestión de número de estudiantes que podrían beneficiarse, sí es cuestión de voluntad política, recursos y lo difícil que es contratar a suficientes maestros certificados para enseñar contenidos académicos en español, en medio de una escasez de maestros en cada estado del país.
[Música – “Waiting for the Moment that Never Comes”, Lee Rosevere]
Emily Hunsberger: No sólo llevo a mi hijo al grupo de juego que organiza Esther, sino también a otro grupo de un programa que se llama ‘Play and Learn’. Las reuniones de Bright Beginnings y las de Play and Learn tienen casi el mismo formato, pero las de Play and Learn son en inglés.
Allí conocí a otra mamá bilingüe, originalmente de México. Ella me dijo que decidió no enseñarles a sus hijas el español en casa, sino hablarles solo en inglés. ‘Aprenderán el español después’, me dijo.
A pesar de lo que uno escucha hoy en los discursos anti-inmigrantes de algunos políticos, que sus hijos aprendan bien el inglés es una preocupación notable entre las familias inmigrantes. Es uno de los temas que hablé con José.
José Medina: Una de las otras cosas que también lucho en contra es que los padres que vienen de Latinoamérica o que no tienen inglés como su primer idioma, que no les importa la educación de sus hijos, y ese es un mito que es incorrecto. La mayoría de los padres quieren que sus hijos salgan adelante, pero hay muchas culturas, incluyendo muchas en Latinoamérica, donde el maestro se ve como una persona que es la persona que va a guiar la educación. Entonces una de mis tareas de enfoque siempre ha sido el apoyo a las familias y a la comunidad, porque hasta mi mamá y mi hermano y mi hermana pensaban que si mis sobrinas entraban a un programa dual, se iban a confundir. Parte del problema es que nunca les damos acceso a los resultados de las investigaciones en una forma que se va a poder comprender a las familias y a los padres. Si los padres no entienden, eso no es culpa de los padres, es culpa de la escuela.
Emily Hunsberger: Cuando las familias conocen los beneficios y tienen acceso a programas de inmersión, el éxito documentado por las investigaciones académicas se manifiesta en el éxito personal. El hijo de María Ibarra estudia en Holland Language Academy; ella habló con Stephanie Irizarry para el podcast de add.a.lingua, una empresa en el Oeste de Michigan que trabaja con escuelas para desarrollar y apoyar programas de inmersión lingüística.
María Ibarra: Yo en otra escuela batallaba bastante que si tengo una inquietud con mi hijo, no podían resolverme porque yo no les entendía. Entonces en verdad hasta lloraba de impotencia, de desesperación, porque yo no sabía el inglés. Entonces yo decía, ‘Guau, no quiero que mi niño pase esa situación’. Mi niño, en otra escuela, tenía una pregunta, una inquietud. Me le decían, ‘No, este, yo no te entiendo, yo no esto’, entonces mi niño, automáticamente su autoestima se le bajaba. Me decía, ‘Mami, ya no quiero ir a la escuela porque nadie me entiende’. Entonces para mí era un momento de desesperación, de yo decir, ‘Yo necesito algo que sea diferente para mi hijo’. Gracias a Dios encontré este programa, y mi vida ha cambiado, la de mi hijo también, su autoestima se ha levantado, él no quiere faltar ni un día a la escuela. Bueno yo tenía mi esposo, precisamente, pensaba que a lo mejor, si yo lo metía en este programa académico, iba a olvidarse del inglés. Pero él dice, ‘Guau’, dice, ‘Qué bueno que tú, este, decidiste meterlo en el programa, porque realmente pues sí, veo que no está perdiendo ninguno de los dos idiomas’.
[Música – “Waiting for the Moment that Never Comes”, Lee Rosevere]
Emily Hunsberger: A pesar de las historias bonitas como la del hijo de María, la realidad es que la mayoría de los niños hispanohablantes que más podrían beneficiarse de los programas de inmersión en español en el Oeste de Michigan no tienen acceso a ellos. Además de las barreras relacionadas con los recursos, el transporte y la difusión de información, el cupo disponible en los programas bidireccionales simplemente no corresponde al número de estudiantes con el perfil de ser latino y a la vez aprendiz de inglés.
En el próximo y último episodio de esta serie, vamos a examinar esta cuestión de acceso y también volver la mirada a los 25 programas unidireccionales de inmersión en español en el Oeste de Michigan. Y como esta serie se trata de un modelo de educación que fomenta el bilingüismo, la segunda parte es en inglés.
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Gracias por escuchar Tertulia. La música que has escuchado en este episodio es de Lee Rosevere.
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